Decía un amigo mío, abogado universitario de profesión: la infancia es destino, y veo a mi amigo Alonso que es tímido, inseguro sin una sonrisa de temple, comportamiento apocado; nervioso...La verdad que me pone a reflexionar su vida cuando fue niño. Natural es que no creció con la protección y cuidado de su madre; ni tampoco su padre le imprimió seguridad. Si el hombre es producto del medio social, climático en que vive, entonces la naturaleza, los hombres y las cosas nos imprimen un sello para nuestra vida futura.
Y hablando con franqueza es la madre- nuestra madre-, la que nos da los mejores conocimientos para nuestra vida futura; es ella la encargada de la formación del hijo o hija; ella es si está al tanto de su criatura, si tiene tiempo para ello, si tiene apoyo de su esposo que sale a trabajar temprano para traer el pan, sustento. Entonces con certeza el hijo está en condiciones de recibir una buena educación, como dicen: la educación se mama, se tiene madre pues; y el hijo crecerá con sonrisa, feliz; que en suma resume el interés de la madre. Es ella la encargada de la educación de los hijos, como dijera Rousseau: de lo contrario el hombre tendría chichi; de ahí la expresión mexicana tener madre; la crueldad del sicario obedece que no tuvo madre.
La madre es una gran cosa, puede consentir a su criatura, y ésta puede adquirir ciertos caprichos si no se satisfacen inicia el lloro; y así se irá echando a perder. Lo que conviene al padre es enseñarle un oficio al hijo, y lo que conviene a la criatura es enseñarle que forma parte de una comunidad, que ella no es una entidad separada y absoluta, lo que llaman individualista. ¡No! Conviene que sepa que es una fracción de Unidad Social, y que el "yo individual se traslade a la común unidad, “es decir no crecer en una isla con un sueño de creerse el todo; vaya tarea tan difícil de enseñar a la criatura en ser hombre, enseñarle el "oficio de vivir". ¡Claro! Vendrá la ambición, la avaricia, la ingratitud, la tiranía que harán lo suyo, si el campo o el cuerpo son propicios.
¡La verdad! Es que educar a un hijo es una tarea difícil. La mitología nos cuenta que Tetis sumergió a su hijo Aquiles en la laguna Estigia, para hacerlo invulnerable a las flechas, y lo dio al centauro Quirón para educarlo, y éste le dio de comer vísceras de león para quitarle el miedo, disminuirle el temor. A pesar de que se convirtió así en el guerrero más grande en Troya, sólo que fue vulnerable en su talón, donde el agua de la laguna no mojó.
¡Siempre! Pues, hay un descuido. Recuerdo a mi difunto amigo René que sus padres le dieron todos los recursos para convertirlo en un gran profesionista, cosa que no logró ser por exceso de billete, por darle todo!
La educación es muy difícil, vivir no es fácil. La soberbia aparece y nos hace creer que somos el centro del universo. La belleza se acaba, el dinero también, que es lo permanente? La sabiduría, el oficio de leer libros, el ganarse el pan con el sudor de la frente; esto es imprescindible. Hagamos hijos útiles, que compartan el saludo en su comunidad. Mostremos la sencillez de la vida, el plantar un árbol, barrer la acera de nuestra casa, no tirar basura en la calle, alimentarnos de lo natural u orgánico. Aprendamos a vivir unidos a nuestra sociedad, lo material no es la esencia de la vida, para que se convierta en verdad, se necesita lo espiritual; enseñemos a nuestros hijos a orar, a decir al despertarse y al dormir el padre nuestro. ¡A servir sobre todo! Y termino con un fragmento del poema: Soñé que la vida era alegría, desperté y vi, que era servicio. Serví, y en el servicio hallé la alegría- Tagore-. Amigos buen día. ¡Cuídense!