A Macario Matus, in memoriam.
Las evidencias externas
En los primeros días, o en el primero, de vacaciones que pasaba en Juchitán, precisamente el 8 de diciembre del año de 1970, nos encontrábamos una tarde en una cantina del centro de la ciudad, mi maestro en materia de placeres de la vida Macario Matus y yo -cantina llamada “Africa”, de la señora Lucina Ngupi conocida también como “Negra”-, cuando nos llegó la noticia, saltando de boca en boca, que habían matado a “Rosa, la tabernera”; hecho que se aclarará en las constancias que obran en el expediente integrado con motivo del asesinato, pues sucedió en la casa de su hermano Joel Jiménez Vera.
Ante la brutal noticia, aquella tarde nuestra anfitriona se levantó rápidamente, abandonó nuestra mesa, cambió de enagua y salió corriendo en busca de la policía judicial adscrita al ministerio público -que entonces se encontraba en la parte norte y arriba del palacio municipal- para ir a perseguir a quien creía el asesino de su hermana Rosa Piina’. Una hora después aproximadamente, cumplida su misión justiciera, regresó a la mesa que ocupábamos para seguir atendiéndonos y contarnos que se había atrapado al asesino César López en las afueras de la ciudad, por el rumbo del panteón; pero que, afortunadamente para ella, la muerta no era su hermana sino otra tabernera, llamada Rosa Teru’, hija del compositor juchiteco Juan Stubi.
De las constancias que obran en el expediente y de la nota que entonces publicó un reportero en un periódico regional, queda claro que el cantante asesinó a su víctima en forma cobarde y con saña: primero le dio un balazo en la cara y otros dos cuando sobre su cuerpo ya se encontraba tirada en el suelo, con una pistola revólver calibre 22.1 Por decisión judicial el expediente de César López Orozco o César López Lucho por el asesinato de Rosa Vera Vera (100/970) se acumuló a los dos últimos de 1969 de los diez que este personaje ya tenía en el Ramo Penal del Poder Judicial del Estado de Oaxaca. La víctima, Rosa Jiménez Vera, conocida como Rosa Teru’, dejó en la orfandad a dos hijos, una niña de 9 años y un niño de cuatro meses que había procreado con el cantante.
La occisa se había separado de su asesino 20 días antes para refugiarse en la casa de su hermano Joel Jiménez Vera, abandonando la casa y la cantina que le había heredado su padre Juan Jiménez, Juan Stubi, por los constantes actos de violencia que ejerció sobre ella y sobre otras personas que salieron en su defensa el todavía desconocido intérprete, como el caso de una persona de apellido Sánchez, quien fue herida con arma de fuego por el aspirante a compositor y futuro asesino, cuyas constancias obran en los expedientes 28 y 51 y de 1969, de los cuales no viene al caso ocuparse. El inculpado no tuvo quién lo apoyara económicamente en su defensa por el último crimen que cometió, como en los otros dos casos cuando su amasia Rosa Teru’ lo había ayudado, vendiendo un “hogador” de oro que le había dejado su madre;2 razón lo cual se le designó un defensor de oficio, cargo que fue ocupado por el señor Otilio E. Aquino, a quien cambió por otro defensor cuando apeló la sentencia que le dictaron en la primera instancias, 28 de años de prisión por homicidio calificado; sentencia que se redujo a 20 años en la segunda instancia.
Trascendió, entonces, en el pueblo por conducto de los intérpretes, que el ya anciano y ciego compositor Juan Stubi había dejado una libreta con sus composiciones a su hija Rosa Te’ru’, el cual se percataron que había desaparecido a la muerte de ésta.3
1.-Archivo de Concentración del Poder Judicial del Estado de Oaxaca, expedientes acumulados de César López Orozco: 28/969, 51/969 y 100/970; y Antonio Villagómez Zárate, “Asesinó a su amante un cinturita. El cantante César López la mató de tres certeros balazos”, en: El Sol del Istmo, Salina Cruz, Oax., 10 de diciembre de 1970.
2.-Collar de monedas de oro engarzadas. Información proporcionada por el cantante Rogelio Robles, en Unión Hidalgo, Oax., el 29 de marzo de 2010.
Trascendió, entonces, en el pueblo por conducto de los intérpretes, que el ya anciano y ciego compositor Juan Stubi había dejado una libreta con sus composiciones a su hija Rosa Te’ru’, el cual se percataron que había desaparecido a la muerte de ésta (3).
3.Comunicación personal de Rogelio Robles, en el mismo lugar y fecha, quien vio la libreta siendo niño.
Las evidencias internas
Años después, tal vez en 1974, alguien patrocinó a César López para que editara, desde la cárcel de Juchitán donde cumplía su condena, un casete con canciones que él interpretaba, supuestamente todas de su creación. De las doce canciones que integran el cassette destacan dos, una al final del lado A: Bacaanda’ y otra al principio del lado B: Rosa, por el tono de refinado lirismo de la lengua en ambas, mientras que las otras estaban compuestas en un zapoteco bronco y los contenidos con letras violentas y amenazadoras.
BACAANDA’
Ma’ cheguinié’ xiñee ndi’ nuaa sicarí’
ma’ chegate’ guiruti’ ganna xiñee;
Xavizende guniexcaanda’ canazaya’ ti huadxí,
nga nga yuuba’ cayuuti naa de dxiqué.
Ti bacaanda’ canazá gudxite naa,
ra lidxe’ nexhe’ caziiela’dxe’ ti huadxí;
guniexcaanda’ ti gunaa zubania’ laa
ne cuxidxe’ gudxe’ laabe sicarì’:
Sicarú rizalu’, rade guiiru’ xhagalu’,
ziuula’ guichai’cu’, xunaxi lii para naa;
biiya’ zezalu’ ne naa biuuladxe’ lii stale,
zulua’ naa biale’ peru para si lii jñaa’.
Bina’ guni’be “zanaxhiee’ lii badunguiiuu,
diuxi biseenda’ naa para ganaxhiee’ lii”;
ne ra gudobe ti bixidu’ ruaa bibane’,
canié’xcaanda’ zacapia’ naa de dxandí’.
Bacaanda’ xiñee ndi beedu’ ra nuaa’,
bacaanda’ yanna pur lii nga chegate’;
bacaanda’ xiñee bedachitu naa,
bacaanda’ ma’ pur lii ridxibe gase’.
Dxi nahuiiñe’ qué nizaaladxe’ gunaa,
yanna ma’ biooxhua’ ni tu laa rulabi naa;
nga ti bacaanda’ biseenda’ diuxi ra nuaa’,
ruenia’ni binni, peru runiná ni naa.
Ndaani’ xquidxe’ Stubi riénecabe naa,
xiindi’ gune’ chupa dxiiña’ gapa’ guidxiiche’;
ngaca ñanna de dxiqué ñaca naquiite,
yanna ti bacaanda’ bedachite naa.
Bacaanda’ xiññee’ ndi’ beedu’ ra nuaa’ 4
….
4.Tomada de Guchachi’ reza (iguana rajada), núm. 36, cuarta época, noviembre-diciembre 1992, p. 22.
Sin embargo este Bacaanda’ (“Sueño”), que aparece en el cassette y en cuya última cuartera, primer verso, el autor dice: “… ndaani’ xquidxe’ Stubi riene cabe naa… (“…en mi pueblo me conocen como el Solo…” apodo del compositor Juan Jiménez), no es el mismo que con el mismo título compuso César López y se difundió por el Istmo interpretado por el trío Los Pergaminos, registrado por Eduardo Llerena en su hermoso disco llamado “La Tortuga”. Veamos, por ejemplo, dos versos de la letra del “Sueño” de César López, “Bacanda’”: gápasibe laabe pa laabe qué nabe gácabe xúmale bixhoze´ ne jñaa’ (“que se cuide ella [la madre de la pretendida] si no quiere ser comadre de mi papá y mi mamá”) o la letra de “Amira”: “nin xa lii nin ti bixidu’ qué huadiuu naa, nin xa lii nin quepe’ gannalu’ pa nuaa’. (en vez de: Yaxa lii ... “Además tú...ni un beso me has dado / además tú… que no sabes siquiera si existo” ). [...] Ay, Amira, qué nou’ gacalu’ xheela’ / lu ti yaga nga ganda guirá’ gueela’ / zuute’ naa ti cadi guya’ binni canazaya’(“Ay, Amira, no quieres ser mi esposa / sobre un árbol amaneceré colgado / me mataré para que la gente no me vea vagar…”).
También en duda como una canción de César López o Juan Stubi es “Rosita”, en cuya letra brillan metáforas de refinado lirismo, que fue un rasgo distintivo del autor de la letra de Guendanabani, con la melodía de “La Última Palabra” de Daniel C. Pineda. La adjudicación de esta canción al primero o al segundo de los compositores es más difícil; porque si bien, aparte de su refinado lirismo, está compuesta en buen zapoteco, excepto el último verso de la segunda quinteta, donde se muestra el cobre que distinguió a César López frente al oro literario de Juan Jiménez, Stubi, su falta de dominio del diidxazá o de la variante literaria de esta lengua, pues dice: sacape’ en vez de sicape’.
Xiaanga naná yuuba´ ri´ ya’
nabeza ndaani’ ladxiduá’
pa qué guinieni la zate,
pa chuaa’ nia’ xquenda nahuate’,
ora que tu lu nga chaa.
Diuxi guquixe lii gunaa
de guirá’ ni ma’ bi’nu’ naa
naa qué gapa xi cuaa’ die’ lii
lii ca nannu’ gunaxhiee’ lii
sacape’ ranaxhiee’ naa.
Desde el Vocabulario en lengua zapoteca de fray Juan de Córdova, publicado en 1578, hasta el Vocabulario zapoteco de Velma Pickett y colaboradores ‘como’ es sica y no saca, palabra del diidxazá cuya equivalencia en español es ‘precio’. Sin embargo, con la difusión del cassette también se difundió por parte de varios intérpretes juchitecos, como ya se dijo, que varias canciones dadas a conocer como de la autoría del asesino podrían provenir de la libreta inédita que Juan Stubi guardaba en su casa y que desapareció con el asesinato de Rosa Teru’ por César López. Y ésta podría ser la explicación de que una canción bien compuesta tenga una palabra que no usaría Juan Stubi.
Conclusión: Si César López no se tentó el corazón para asesinar a quien le había dado un hijo y lo había ayudado a salir de la cárcel, ¿podría tentarse el corazón para robar una canción o una libreta de canciones de quien fuera su suegro? Creo que no. Ahora les queda la carga de la prueba a quienes crean lo contrario.