UNO de los deportes tradicionales en Juchitán es el porrazo, hasta hace poco desapareció su practica, se llevó a cabo en el río, en la mayoría de los casos, donde se adiestraba por las tardes, regularmente a la juventud.
Las personas más diestras en este deporte se encargaban del entrenamiento del novato, sin cobrar un solo centavo por tal enseñanza. El porrazo era una especie de lucha greco-romana casi semejante a los Olímpicos, con algunas modificaciones que consistía, previo acuerdo, que los contendientes podrían agarrarse de los cinturones.
Al menor descuido era derivado el contendiente, para ser vencido, era necesario que el adversario pusiera completamente la espalda en el piso. Si estuviera boca abajo y demostrara incapacidad para poder escapar, tenía que decir vencido por que de no declararse vencido se seguía forcejeandose con él hasta que los asistentes dijeran que el oponente ya estaba derrotado a fin de que no fuera lastimado.
En estas contiendas no hubieron puñetazos en ninguna parte del cuerpo de los contendientes, si alguno lo hacía inmediatamente intervenían los asistentes y lo declaraban perdedor. En el porrazo solo intervenía la saleada (puntapié) que se golpeaba derribar, los movimientos eran de sorprendente agilidad. La otra de las modalidades es que si uno de los contendientes se dejaba agarrar de una de las muñecas de las manos esto era causa para que se le diera un tirón de manera tal que le destanteara, a la vez que le daba el puntapié para derribarlo.
Si el derribado era hábil en el porrazo se recuperaba y se apoderaba de su contrincante, le aplicaba un cepo (llave) hasta lograr imponerse. En los porrazos entonces solo se valía la llave o el cepo y la saleada o el puntapié. Aunque solamente eran permisibles esas dos formas, sin embargo, siempre hubieron lastimados y en algunos casos de bastante consideración desde los moretones, las dislocaciones, hasta la ruptura de huesos y se dejó de practicar este juego con la llegada de las arenas de lucha libre y boxeo, los que vinieron a cambiar radicalmente el comportamiento de la juventud para con el deporte tradicional.
Fuente: Revista Policromía / Año 1/ Marzo 15 / 2004 / Num. 3
