Inicio agradeciendo a todos los que leyeron " Murió!...El General…". La verdad es que me emocionó al ver que más de 500 personas lo leyeron y les " gustó" . A todas, a todos mi gratitud. Debo contarles las circunstancias en que lo escribí. Para empezar me llevó más de 2 horas hacerlo. Y al terminar vi en el reloj que ya era más de las 9 de la noche. Y me sentía muy cansado, como nunca! Lo que me apetecía en ese momento era la hamaca del corredor de la casa. Donde una ligera brisa soplaba y arrullaba, mientras se perdía " a lo lejos el latir de unos luceros en el cielo".
Hoy, platicando con mi sobrina Dulce en su tienda de abarrotes "Chavita". Que es una tienda ubicada enfrente de " las fonderas" debajo del Palacio - por cierto una tienda con una antigüedad de más d 80 años -. Bien, el asunto es que me platicaba de los Valores que se han perdido en La Familia. Y esto con motivo de una pregunta que le hice: ¿qué tema le parecía atractivo, interesaba o le preocupaba? Y me responde que le preocupa que Los Valores en la familia se vayan perdiendo. Que los padres vayan perdiendo Imagen ante los hijos. Y que los padres no den la atención necesaria a sus hijos, platicar con ellos, convivir más. Por ejemplo: " Vi en un restaurante una familia, el padre, la madre, los hijos. Hasta la más pequeña estaba entretenida con su Tablet. No platicaban". En una familia a veces " el padre está como si no estuviera". "Que el papel del padre ha ido devaluándose". Siendo una imagen que daba seguridad a la familia, su presencia a través de varias generaciones ha sido el escudo de la familia. Ahora ha pasado a segundo plano. Y en el peor de los casos se ha ido, y sus hijos han crecido sin él. Y si está su opinión o su parecer sobre cierta situación familiar, no tiene peso.
Qué diferencia de esta situación así descrita, con aquella que vi una mañana fría en la CDMX, en la calle Otoño y Av. Azcapotzalco. Era que Apolinar Cartas, uno de sus hijos, --un hombre alto-- lo fue a saludar, le toma la mano con veneración, y en el dorso le da un beso. Y luego levantando el rostro, le da un beso en la mejilla.
Algunos amigos cuentan el temor que tenían a su padre. Si alguna falta cometieron, en los ojos del padre adivinaban el castigo merecido. Había respeto pues...
De aquella época de bonanza del campo aquí en Juchitán, cuando las carretas pasaban por las calles, callejones. Cargadas de tomate, sandías, calabazas, redes de elotes; según la época. Alguien oyó a su padre decirle a su mujer. Mañana me llevo a Víctor al campo. Y la señora respondió: mi hijo todavía es un niño. El padre afirmó: Te he dicho que mañana me lo llevo...!
Y al día siguiente Víctor de madrugada subió a la carreta acompañando a su padre.
Hoy, Víctor agradece haber tenido un padre así.
Apartándome de lo cotidiano de estas impresiones, y considerando un padre responsable y de buen juicio. En algún momento leí que un niño le da seguridad la presencia del padre, es un modelo que le templa el carácter. Y en el caso de la niña dormir con su cabecita sobre el pecho de su padre, le transmite una energía que le da confianza, estabilidad emocional y seguridad. Y he visto por lo común que las niñas quieren mucho a su padre. Enhorabuena!
