Una mañana que pasé por el callejón - éste que conecta la calle Abasolo pasando el vado del río -.Luego luego el callejón Pipi. Vi unos señores con motosierra cortando los brazos gigantes de la Ceiba centenaria .Quién sabe! Hace cuántos años llevó este árbol crecer al final del patio de la familia que ahí vive. Sí, en el punto que colinda el patio y la barda del callejón. Muchas generaciones sin duda pasaron debajo de los poderosos ramajes de este gran árbol, que ahora con el calor intenso que hemos vivido. Sin duda fue un oasis para quien se paró y descansó un rato bajo su refrescante sombra. Hoy derribado hasta al ras del suelo sin piedad! Con autorización seguramente de la autoridad.
Sólo que tirar un árbol de esa edad, tamaño y especie. No hay una Ley escrita que pueda facultar dicho crimen. Es lo que hoy se llama Ecocidio. Debiera llevar la Autorización a una consulta pública. Al menos que los vecinos de la primera sección opinaran sobre el derribo o no! De esa gran Ceiba. Porque un árbol con esas características no tiene dueño. Los beneficiarios somos todos: desde que enfría la calle y la ciudad, "recargar y captar las fuentes de agua"; limpiar nuestro aire; hasta producir oxígeno para todos.
Aquí todos los beneficiarios somos responsables. Nadie lanzó un grito al cielo para impedir este acto sin juicio. No hubo un plantón de vecinos, no hubo cierre! Del callejón Pipi para salvar la vida de este árbol...
Quedará en nuestra consciencia no haber sido un Teco responsable. Aquel que en sus pláticas hablaba de los árboles como si fueran unos personajes más en la comunidad: -- aquel olivo negro, debajo del gran amate...
En la mañana que ahí pasé, ingenuo de mí que pensé que sólo un tramo de sus brazos podaban. Lo que estorbaba la casa de algún vecino. Y que terminarían dejando su gran tronco. Pues no! Lo derribaron por completo.
Este hecho pudo haber sido evitado. Bastaba con declarar que el árbol es Un Bien Público, y que los dueños del terreno pusieran el precio. Y pagárselo. Tan fácil como eso! El dinero que la autoridad maneja, para eso es! Para eso sirve el dinero. Más cuando es un dinero de todos.
Siempre quedará en el recuerdo la imagen que vimos durante muchos años. Los vecinos de Cheguigo perdieron en su paisaje la figura del gran árbol. Para que otro con esa dimensión y especie pudiera surgir, pasarán siglos. Unos 5 días bastó para derribarlo. Qué lastima! Para Juchitán y para la humanidad.