Los niños, como grandes observadores, imitan siempre las actividades de los adultos, es por esto, que nuestras costumbres y tradiciones, van pasando de una generación a otra; como en este caso, de lo ceremonioso, los chiquillos como seres ingeniosos hacen de él, una actividad recreativa, llamándole al juego “Chuinguibidó”, cuyo significado es: “cargar a los santos en procesión”.
En sí, el pasatiempo recreativo, se juega de la manera siguiente:
Participan en él varios niños, quienes se organizan en equipos de tres en tres. Dos chicos de cada grupo, se colocan frente a frente formado con sus brazos un cuadro de manera de “andas”, lugar donde se sienta un tercero. Cuando los mencionados equipos están listos, se les llama a la meta, para esto, ya tienen conocimiento del recorrido que van a realizar; después de darles la señal de partida, todos corren con sus cargas; desde luego, la tercia que llegue primero al punto de partida será la triunfadora. El juego se continúa de la misma forma en que se inició, inclusive pueden cambiarse de parejas.
En una acepción de la palabra zapoteca “Chinguibido”, existe la siguiente que es: “Tinguibidó”, cuya descomposición nos anclará más sobre el juego referido.
Ti.- es uno
Ngui.- competencia
Bidó.- santo
Esta actividad recreativa, se jugaba mucho por las calles iluminadas por la luz de la hermosa luna, hoy en día ha perdido su vigencia.