
Juchitán.— A Mariano Bruno la muerte lo sorprendió en el ocaso de la vida, a los 82 años. Fue el último xuaana’ (término que se le da al anciano zapoteca casamentero que otorga las bendiciones a los novios en una boda) de Juchitán que se sabía el discurso ceremonial antiguo conocido como “libana”. Con él murió el último códice vivo que resguardaba en su memoria un ritual repleto de arcaísmos zapotecos del siglo XVI.