Para México y para el mundo es un puerto importante donde han desembarcado personajes procedentes de China, Japón, el mundo árabe, Alemania, Inglaterra, España...Fue el Gral. Porfirio Díaz quien lo construyó, lo inauguró parece que un mayo de 1907. Viniendo con su comitiva por tren desde la CDMX, lo acompañaban el embajador de E.U, al de Japón, ministros.
Haciendo una parada en la estación de Rincón Antonio -hoy Matías Romero en honor al ministro de Relaciones Exteriores de Juárez- . Ahí don Porfirio inauguró el taller de reparación de trenes de Matías Romero. Una obra monumental, porque si se ve el peso y tamaño de una rueda de tren, pues imagínense el tren mismo. La verdad un magnífico medio de transporte que los herederos políticos de la Revolución mexicana, la Revolución misma se hizo en tren y a caballo. Viajar en tren no se olvida; abordarlo aquí en La Estación de Juchitán para ir a Unión Hidalgo, Las Anonas, Reforma...Un viaje lleno de paisajes, cómodo y rápido. Hará cuestión de 2 años anduve buscando ver la Estación de Sarabia, que una vez vi de niño viajando a Minatitlán Ver.; con varios intentos la hallé abandonada, resquebrajada, oxidada y lleno de gotera la que fuera La Estación. Así terminó esa gran obra de don Porfirio en toda la República; en abandono consciente con tal de preferir camiones que usarán Diesel, gasolina: vehículos de combustión interna; que fue lo que vieron nuestros paisanos que fueron a estudiar en Los Estados Unidos y volvieron para aplicar la receta que en estas universidades aprendieron y a raja tablas: Salinas destruyó el campo y trajo maíz importado por nombrar una de sus obras de gobierno y Zedillo fue vender el ferrocarril a los gringos. ¡Qué tipos! Hicieron éstos un gran daño a nuestro país.
Hablando de ferrocarril hice el viaje de Chihuahua y Los Mochis Sinaloa, el tren del Pacífico atravesando toda la sierra tarahumara durante casi 9 horas de viaje. Pasando el pueblo de los menonitas que ahí ellos güeros vestidos de overol de mezclilla y camisa de rayas claro. Un viaje inolvidable. Pues bien, mis amigos volviendo a la inauguración del puerto de Salina Cruz, don Porfirio habló al inaugurar El Puerto: “inauguro esta obra para el prestigio de México y de la casa constructora”. Al terminar él aprieta un botón y las tenazas de una grúa coloca sobre el furgón del tren 20 sacos de azúcar que se trasladaría por tren a Puerto México -hoy Coatzacoalcos-. Y el Sr. Pearson el inglés constructor del puerto y del trazado de las vías, le entrega al presidente una llave de oro. Tal vez entraba la tarde de ese sol fuerte del medio día, un padre que cargaba a su hija le dice: “no olvides este momento m'ija”. Un grupo de tehuanos se acercan al presidente para invitarlo a una Vela en su honor en Tehuantepec, era 1907. Don Porfirio aceptó gustoso asistir a la Vela. Ahí vería a doña Juana C. Romero, la empresaria que cuando don Porfirio vivió en Tehuantepec como jefe del regimiento militar ahí ubicado; doña Juana lo apoyó a mantenerse en su puesto. Eran años difíciles en guerra entre Conservadores y Liberales, estos últimos eran Gómez Farías, Melchor Ocampo, Juárez. Y aquellos Conservadores favorecidos por el poder de la Iglesia, que terminarían siendo los panistas de ahora. He ahí lo fundamental de la ayuda que le dio doña Juana C. Romero al joven Porfirio de entonces por el año de 1860. Lo que Enrique Krauze llegó escribir sobre esta relación fue con un atisbo de desprecio que estos hombres supuestos de letras han tenido hacia el indígena. Doña Juana tuvo un ingenio azucarero en Mxtequilla, y ahí en cada fin de curso del instituto que ella fundó y pagó con su dinero llevaba en numerosas carretas a las niñas para estar casi todo el día en su Finca Santa Teresa donde debajo de los mangales, chicozapotales se les servía un mole de pavo. Ahí hoy todavía se ven los ladrillos vestigio de ese emporio industrial azucarero. Donde se fabricó el azúcar de alta calidad con que ella concursó en Londres y ganó la medalla de plata en 1904, y medalla de oro en 1908.
Amigos, debo decirles que el domingo pasado visité la estación de tren de Salina Cruz; está en reconstrucción ya. Afortunadamente el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene como uno de sus proyectos prioritarios la comunicación por tren de los puertos Salina Cruz y Coatzacoalcos. ¡En hora buena! Por México y por el Istmo de Oaxaca. Ahora en Salina Cruz está la refinería que procesaba 300,000 barriles diarios. También estos presidentes Prianistas dejaron en el abandono que se oxidará con el tiempo y bajaron a casi el 30% de su capacidad; con el fin de comprar gasolina, Diesel, gas al extranjero, ¡qué bárbaros! ¡No es que hayan sido ignorantes, no! Lo hicieron para favorecer sus bolsillos robando a PEMEX.
Bien, amigos. Salina Cruz a pesar de tener refinería, el dique seco, base militar naval...No tiene agua; bebí un chocolate con agua con doña Benita dentro del mercado y me dice que además de que cada quien se las arregla para tener agua; tampoco tienen ahí alumbrado público, el presidente municipal la cortó. No quiere pagar la energía eléctrica. ¡Qué cosas! Amigos. ¡Disfruten su día y cuídense!