Con un sobresalto que me remitió a mis primeros años de vida, hoy, la casa de la abuela y mis 51 años tuvieron la visita de tres mariposas negras, común por estos días. Según la entomología (lepidopterología), la mariposa negra (Ascalapta Adorata), se nutre del jugo de las frutas fermentadas y entran a las casas atraídas por la luz artificial.
En la época mesoamericana, la mariposa negra, al igual que el murciélago y el búho, era considerada la mensajera de Mictlantecuhtli, señor del Mictlán, del inframundo. A la conversión de los indígenas al cristianismo o a la 'verdadera fe', esta mariposa se le comenzó a relacionarla con la muerte o el mal agüero. +Fue conocido con el nombre de 'Mitlanpapalotl (la mariposa del lugar de los descarnados), Micpapalotl (mariposa de la muerte), Miquipapalotl (mariposa de la mala suerte o de mal presagio, Tetezahupapalotl (mariposa del espanto).
Con el sincretismo religioso ya consolidado, la abuela y mi madre me dijeron que no tenía por qué tenerles miedo, ni mucho menos matarlas, ya que son el espíritu de nuestros difuntos que vienen a visitarnos y a decirnos que son felices allá en el cielo y de que no nos preocupemos por ellos.
Luego entonces, hoy me visitaron mis padres y mi abuela, me vinieron a decir que me aman y de que no esté triste por su ausencia.
¡Abuela, padres! ¿Por qué no me enseñaron a vivir sin ustedes?
¡Qué dolor tan grande nana vida!
*LA TRANSMIGRACIÓN DE LOS RECUERDOS"
RÓMULO JIMÉNEZ CELAYA