Se desconoce cuándo y cómo fue la primera participación de la delegación de Juchitán en la fiesta de los lunes del cerro, hoy conocida como la Guelaguetza.
Sin embargo, es posible recordar que Amado Sánchez fue uno de los primeros integrantes de esas delegaciones que participaron en los lunes del cerro, así lo refiere su nieto Armando Jiménez, quien rescata la única fotografía que existe de ese entonces.
El nieto comenta que su abuelo le platicaba que el profesor Adelfo Alegría fue quien lo invitó a participar en una de las primeras delegaciones que llevaron los bailes istmeños a la fiesta del cerro.
Explica que el profesor Adelfo Alegría era el encargado de seleccionar a los integrantes de la delegación participante.
Armando Jiménez dice; que según comentarios que le hacía su abuelo, entre los sones que la delegación participante llevaba a mostrar, se encontraba el Fandango Tehuano, el Pianito y la Tonalteca sin olvidar la Sandunga todas las melodías eran interpretadas por la Banda del maestro Sauriano Azcona (Sau Barracu) en algunas ocasiones y en otras por Joel Velásquez, dependiendo de su participación en las delegaciones asistentes.
En ese entonces las únicas delegaciones que participaban era la de Juchitán y Tehuantepec por la región del istmo y la fiesta se desarrollaba en pleno cerro, el lugar donde bailaban los danzantes se acondicionaba un templete y los espectadores se acomodaban entre los arbustos para recibir un poco de sombra.
La fiesta era una tradición autóctona, con la participación del pueblo y se realizaba solamente por las mañanas de los dos últimos lunes del mes de julio.
Amado Sánchez como excelente bailarín fue invitado por el mismo profesor Alegría a impartir sus enseñanzas sobre el baile de los sones en la recién inaugurada Casa de la Cultura de Juchitán (Lidxi Guendabiani).