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El callejón del Beso en Tequisistlán

Istmo
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Tequisistlán tiene más de seis siglos de fundada. Es una comunidad vieja. Impregnada de tintes coloniales. Sus casas, calles y callejuelas lucen anticuadas.


En sus 643 años de existencia, no ha sufrido modificaciones sustanciales. Conserva su arquitectura ancestral. Eso la presume extraordinaria, bella.. El sello de los evangelizadores españoles, pareciera haber llegado para quedarse.
Este pueblo longevo resiste al paso del tiempo y no concede despojo alguno. Unos eslabones que la sostienen con el pasado, son sus peculiares callejones.
Esas “calles estrechas que discurre en una población entre edificios altos”. También, “paso estrecho y largo entre paredes o casas” según, el diccionario de la lengua española.
Hay callejones muy famosos en el mundo. Por ejemplo, en Polonia, son fantásticos, mágicos y únicos, por su estilo medieval. Guanajuato tiene más de tres mil callejones.
En Tequis, apenas, cuenta con medio centenar. Hace aproximadamente 40 años, contábamos más. Aun así, no puedes obviarlos. Por donde voltees, tu mirada los topa. Algunas de estas callejas son tan estrechas que apenas alcanzan el metro. La mayoría suelen medir entre dos y tres de ancho.
callejon delBeso Tequisistlan Oax
Los callejones, en el pueblo, de la venerada María Magdalena les bautizaron con nombres a los que estamos acostumbrados leer o escuchar. Pero hay uno especial: El callejón del beso. Así, lo registra el INE. Su nombre se debe probablemente, aludiendo, al misterioso callejón de la ciudad de Guanajuato: “El callejón del beso en Guanajuato situado en la zona histórica, en las faldas del cerro del Gallo. Una barriada que existía desde el siglo XVIII. Mide 68 cm de ancho. Y sus balcones están casi pegados.” Ahí, aconteció, la muerte trágica de dos enamorados: doña Carmen y don Luis. A ella, la mato su padre, en el balcón, donde, estrechaba manos con su enamorado.
El beso de él, a la fría mano de su amada, ya muerta, hizo famoso dicho callejón. La leyenda cuenta que, él se mataría después. El callejón de los reacios chontales del Istmo, está ubicado entre calle Melchor Ocampo y Benito Juárez. No rebasa los tres metros de ancho, carece de luminarias y pavimentación. Propicia para enamorados que frecuentan el incognito lugar. Estrecho espacio de apasionantes besos y no menos misteriosos. Legalmente se llama: El callejón del beso.

 

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