“En el cerro de Tehuantepec habían muchos jaguares sangrientos que mataban y aterrorizaban a los moradores. Decidieron ir a ver a un famoso brujo huave para pedirle que los liberara de los tigres. El brujo hizo salir del mar una gigante tortuga que se arrastró lentamente hasta el cerro. Los tigres bajaban en dos hileras cuando la tortuga llegó. Fue tal el susto al verla que se volvieron piedras.
Pero también los zapotecas tenían mucho miedo. Pidieron al brujo que se la llevara; y éste, la transformó en una gran roca al pie del cerro”.
La leyenda del guie’bigu de San Blas Atempa
Sí, todos las vieron, todos las hemos visto. Ya algunos con su fantasía les hicieron leyendas y les pusieron nombre a algunas de ellas: guie’ bigu, guie’ xhunaxhi, guie’ niza, etc. Otros su tiempo a la reflexión cuando su paso a San Blas por el portillo de Guichivere o de allá para acá, pero nunca pasaron desapercibidos para los ojos del transeúnte los megalitos de Tehuantepec, al que llamaremos Ca’guiengula sti’ Guisi’i.