•Días antes de morir Juan Gabriel le canta a la mujer juchiteca, Amor Eterno para Na Esperanza
Juchitán de Zaragoza, Oaxaca.- Ya los vientos de Xandú comenzaban a soplar por la mañana, mientras nos dirigíamos en motocicleta a la casa de la abuela de Jorge Pacheco Hernández, conocido entre los amigos, como el “Peque”.
Llegamos puntuales, la joven del servicio, nos vio con cara de asombro, preguntamos por Jorge, desde el fondo de la casa, salió rápidamente, saludando con mucha efusividad, nos pasó a la sala donde colgaban fotografías de su abuela, como vigilando cada uno de sus movimientos, igual que en los tiempos de ayer, cuando él era niño.
Los recuerdos de la abuela agolpan la memoria y nos hacen retroceder en el recuerdo, la belleza singular de las juchitecas en todos los tiempos.
Jorge rompe con todos los protocolos de la entrevista formal que pudiera tener cualquier revista especializada de espectáculos, los de Cortamortaja, son sencillos y comunes, sin dejar de lado el respeto.
Las primeras preguntas lo acomodan en el sillón, se sienta y comenta que inició desde pequeño, a los 9 años, es el primer recuerdo que le llega de sus pasos por la música,su abuelo le regalo un requinto, luego un teclado, la música había sido de su agrado desde siempre.
En Juchitán empieza a estudiar piano en la Casa de la Cultura, de ahí formo un grupo de música versátil, “Peque Show”, en ese entonces tenía 12 años, y se echó a la aventura de amenizar en las fiestas de Juchitán, a pesar de saber que en el lugar existían grandes músicos, armó su teclado (grupo musical) con programador, audio, bocinas tocando y cantando, cumbias, sones regionales y las botanas juchitecas, el niño, era aceptado en la comunidad.
Este malabarismo musical lo realizaba entre sus estudios y presentaciones, con escasos conocimientos musicales, una vez terminados sus estudios en esta ciudad de Juchitán. Sus pasos fueron dirigidos hacia la ciudad de Méxicodondeestudió teclado en la Escuela Superior de Música, llevándose cuatro años en la carrera desde finales de 2007 al 2012.
Su estancia en la ciudad capital le permite formar parte de algunos grupos y personalidades que ya contaban con algún prestigio en el mundo del espectáculo.
No era del todo desconocido, su vena musical iba dejando huella por todo su paso en la ciudad capital, una mañana del 2013, tras haber concluido su desayuno, su teléfono sonó, con insistencia, del otro lado de la línea, se escuchó la voz de Memo Hernández, era sorpresiva para él esa llamada, era Guillermo Hernández (Memo Hernández), director de la toda la producción musical de Juan Gabriel (orquesta, mariachi, coros, todo), y le dijo: “el señor acabó de despedir a los tecladistas y quiere meter nuevos elementos, hay una audición, va a ser en Cancún en su casa”, y le dije porsupuesto cuando voy, “pues mañana mismo, dame tu nombre y te compran los boletos”, y se fue a Cancún a hacer la audición y desde esa fecha armonizó las presentaciones del divo de Juárez con su teclado, hasta la muerte del astro.
En esa audición para seleccionar al tecladista participaron más de 10, Juan Gabriel personalmente los escuchaba y decidía, “el me entrevistó,le toque Naila, de Chu Rasgado, le dije la conoce,sí, me dijo, muy famosa; posteriormente interpreté Sabor a mí y le toqué Hasta que te Conocí y me dijo, la sentí, me gustó, me vibró, me tocaste, y le dijo a Memo, me gusta como toca este chavo, estaba más joven 23 años en ese entonces y me quedé”. Juan Gabriel me dijo; “Quiero que estés en mi banda”, volviéndose hacia Memo Hernández le dijo:“Quiero que él esté con nosotros”.
En ese momento no le cayó el 20, le cayó el 20 cuando hizo su primera presentación en Guayaquil (Ecuador) a lado del estrella, pero cuando viajaba fue que se dijo para sus adentros, “si es cierto, esto es otra onda”.
A pesar de que una semana antes habían ensayado pero no lo creía, había participado con la orquesta, los mariachis, todo, los músicos lo veían muy joven, el director Memo Hernández una persona ya mayor, muy estricto, regañón, vio que sus interpretaciones fueron excelentes, que se había aplicado en todo.
No sentía miedo, lo que pasaba en su memoria era la incredulidad de que se encontraba ahí en el elenco musical de una de las súper estrellas de México, “no la creía, será cierto o me vaciló Juan Gabriel que me quede, no me la creía”. Mientras las turbinas del avión lo llevaban con dirección a Guayaquil Ecuador, fue en ese entonces que dio comienzo con la aceptación de ser parte del grupo de Juan Gabriel, se le abría la oportunidad de conocer otros países.
Ese día, cuando llegaron al auditorio donde habría de cantar Juan Gabriel, el lugar estaba repleto de miles de personas, cuando apareció“El Divo de Juárez”, le gritaban, él caminaba con su estilo, saludando a todos, los gritos era muchos, fue en ese momento que se dijo el Peque; “estoy aquí, no me imaginaba que así fuera, no la creía, todo el proceso desde Juchitán y estar aquí”, le sonaba en la cabeza como una pequeña letanía, y se puso todas la pilas para estar a la altura del espectáculo.
Después del primer concierto se le acercó Juan Gabriel y le dijo “bienvenido”, con esa frase, fue aprobado su ingreso a la banda como el divo decía, por el propio Juan Gabriel, para formar parte del elenco musical, cuando vieron el resto de los músicos lo que le dijo, dijeron “el señor ya lo aprobó”, a partir de ahí, arranco sus giras por toda Latinoamérica (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, casi toda Latinoamérica), Estados Unidos (Nueva York, Madison, Los Ángeles, San José, Phoenix, entre otros muchos), recorriendo casi toda la Republica Mexicana, desde Yucatán, hasta Tijuana, Baja California, solo quedaron pendientes los países europeos.
Integrante del elenco musical de uno de los más grandes compositores e intérpretes de México, en la última gira de Juan Gabriel antes que le sorprendiera la muerte, Jorge Pacheco Hernández se introdujo al camerino del creador de “No Tengo Dinero” y le dijo; “señor voy a faltar una fecha, mi abuela, acaba de fallecer”, Juan Gabriel con su gran corazón le dijo; “ve, en este momento ahí debes de estar”.
Na Esperanza había dejado de existir, y recuerda el “Peque” que su abuela siempre asistía a los conciertos que ofrecía el divo por los estados del sur, asistía orgullosa, para verlo tocar a lado de Juan Gabriel, su nieto junto a uno de los grandes, cumplió con ella y regresó, para continuar con la gira.
En la presentación de Phoenix Arizona,“El Divo de Juárez” interpretó “Amor Eterno”, uno de sus más grandes éxitos, mientras caminaba en el escenario con dirección al público, volteo a ver al “Peque” y con señas en el corazón y los dedos al cielo se lo dedicó a la juchiteca Na Esperanza, la abuela del “Peque” que días antes había dejado de existir, una de sus canciones favoritas, y toda la banda se sumió en una interpretación nostálgica. Mientras el “Peque” tocaba, las lágrimas le salieron a borbotones sin parar el show, sintiendo una gran tristeza por la pérdida irreparable de su abuela.
Días después la muerte le sorprende a Juan Gabriel, nadie lo esperaba, su próxima presentación seria ese día en el Paso Texas, y les informaron que él no podía volar, hasta que se enteró por el Twitter de un noticiero, que había fallecido, se quedó petrificado, se decía una y otra vez; “si ayer lo vi, si hizo show con nosotros, cómo que murió”.
Después de ese shock les llovieron llamadas y mensajes de todo mundo que los conocía, y él desconocía la verdad, no sabía si era cierto o no, para todos fue impactante, ese día todos estaban caídos, algunos llorando, en la tarde cuando se le rindió el homenaje, se vistieron elegantemente como para el último show más importante, ahí, nadie pudo contener las lágrimas, todos lloraron, el elenco completo, no pudo contener el asombro, la ausencia, el dolor, la muerte del amigo, compañero, del jefe de familia que se había ido: Juan Gabriel.
En la muerte de Juan Gabriel y durante el homenaje el “Peque” recordaba sus inicios en la música, Juchitán, su familia, todos los recuerdos vividos, se acordaba de la cercanía que tuvo con el artista, no aceptaba la muerte del divo, se preguntaba quien llenaría ese gran vacío que dejaba Juan Gabriel en la música mexicana.
Recuerda como era de forma personal Juan Gabriel, muy estricto, muy especial, pero sobre todo era “buena onda”, a pesar del nivel del artista, era humilde, saludaba, se acercaba a su elenco y preguntaba cómo estaban, permitía que lo visitaran a su camerino.
Fue una extraordinaria experiencia que lo ha marcado para el resto de su vida, a pesar de ser tan corta, escasos 27 años que tiene el “Peque”, ha vivido lo que tal vez muy pocos.
Durante sus giras, siempre recordó su tierra natal, su comida originaria, sus garnachas, las tlayudas, el pescado al horno, todo lo que se come en Juchitán, se detiene un instante y comenta:
“Quiero que los paisanos vean que se pueden lograr muchas cosas en el área donde estén, a través del arte, la cultura, la música, la escritura, la pintura, solo faltan espacios donde se desarrollen sus actividades”
“En el mundo nos tienen como gente muy talentosa, de hecho cuando le dije a Juan Gabriel que era oaxaqueño, de Juchitán, me dijo, los oaxaqueños saben mucho, son muy talentosos, los juchitecos tenemos una gran virtud en la creación y en el arte, solo falta creer en uno, una oportunidad, porque estamos en el estado donde menos se trabaja como grupo musical, donde menos hay conciertos, donde menos hay festivales culturales. He ido a todos lados menos a Oaxaca, no he tocado ni con Juan Gabriel ni en Festivales Culturales, siento que no hay ese apoyo a la cultura y al arte”, refiere preocupado.
El músico juchiteco después de su paso a lado de la súper estrella mexicana, ahora se encuentra tocando con Río Roma, que durante esta semana tiene ya una apretada agenda de actividades; el martes la filmación de un DVD, miércoles en el Auditorio Nacional, jueves a Monterrey, viernes a Guadalajara, sábado Tlacayapan, las fechas se encuentran ya hasta mediados de diciembre, temporada en la que quiere aprovechar para regresar a su Juchitán y disfrutar con los suyos las fiestas decembrinas. Orgulloso de ser juchiteco, dice mientras recuerda su paso musical por Juchitán, de donde se nutrió mucho con la música de acá, los sones regionales, todo lo que se toca acá, e indica; “espero que los juchitecos puedan dar buenas noticias y salgan a triunfar como otros lo están haciendo”.
Para terminar recordó una anécdota de él con Juan Gabriel, uno de los primeros días de su ingreso a la banda, estando en el estudio le llego a su teléfono un whatsapp y me dijo, “aquí los celulares están prohibidos aquí, el que se está apegado al celular no llega a nada”, sostuvo, él divo no tenía teléfono celular, mandaba mensajes por hotmail”, concluye Jorge Pacheco Hernández, el “Peque”, mientras sonríe.