Con un lleno total del teatro, el tenor Edilberto Regalado regaló a los asistentes al Teatro Macedonio Alcalá una espléndida noche de música, sentimientos y alegría, como parte de los festejos de los Lunes del Cerro.
Fue una verdadera fiesta donde el tenor mostró su versatilidad para cantar en zapoteco, mixteco, náhuatl y español.
Desde las seis de la tarde, los alrededores del Teatro Macedonio Alcalá fueron copados por los ansiosos espectadores que buscaban un lugar en el concierto.
Alrededor de las ocho de la noche, mientras amainaba una fuerte llovizna, las puertas del Macedonio Alcalá fueron cerradas porque adentro materialmente no cabía un alfiler más y dio comienzo el concierto.
Edilberto Regalado es un hombre que ama sus raíces y declara orgulloso que nació en la Heroica Ciudad de Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec, aunque ahora vive en Alemania, donde canta y se presenta en las óperas.
“En mi tierra amamos nuestras costumbres y tradiciones, y no las cambiaríamos por nada del mundo entero, aunque sí tomamos las cosas que nos llegan de otras partes, para hacer el sincretismo que ya es connatural de la cultura zapoteca istmeña”, nos dijo una vez, convencido y orgulloso.
En esa entrevista anterior recordó que cuando niño, un día despertó sobre un petate en el suelo de su casa, abrió lentamente los ojos y lo primero que vio fue un olán blanco de una enagua; siguió abriendo los ojos y vio una infinidad de flores bordadas mágicamente en una policromía de colores sobre una falda juchiteca que vestía algún familiar suyo, dijo.
Esa misma policromía es la que presentó en el Teatro Macedonio Alcalá, donde se presentó con motivo de las fiestas de la Guelaguetza, para cantar como sólo él sabe hacerlo: tocado por los dioses de su tierra y con la magia armoniosa del zapoteco que habla desde niño.
Con esa nostalgia y esa magia deleitó a la concurrencia con la “La última palabra” “Zandunga”, “Martiniana” y el otro casi himno istmeño: “La Llorona”.
También cantó la internacional “Bésame Mucho”, de Consuelo Velásquez; la hermosa canción “Llévame Oaxaqueña” y el otro himno de Oaxaca: “Canción mixteca”, además de la inigualable “Granada”, de Agustín Lara.
En su repertorio, entonó en náhuatl la canción “To huey tlahtzin” y la hermosa melodía “Duda”, de Héctor Martell.
El estupendo concierto concluyó con el “Penúltimo Beso”, del siempre recordado Chuy Rasgado, que hizo levantar de sus sillones a los asistentes para marcar con el paso de danza la agraciada voz de Edilberto Regalado, el tenor juchiteco que triunfa en Alemania y regodeó a sus paisanos con el ritmo de la música universal y la autóctona.
Edilberto Regalado es un hombre sencillo, que al final del concierto abrazó a muchos de los asistentes que lo esperaron pacientemente en el vestíbulo del teatro, después de las casi dos horas de música y alegría con que compartió el día previo a la Octava del Lunes del Cerro.
Con información de Despertar de Oaxaca