Este modesto escribidor, narra para sus dos lectores, lo que vio y fue partícipe como alumno de la EEE No. 12 allá por los años 1954, 55 y 56 del siglo XX, ya lejanos en el tiempo, pero para la memoria parece que fue ayer.
Como se organizaba el magno desfile del 5 de septiembre que era , o es, parte del Dia grande en Juchitán. Día de festejo, honroso, cuyo significado habría que marcar en la memoria viva de las generaciones que obviamente no vivieron el relevante acontecimiento: La gesta heroica del pueblo juchiteco y personajes istmeños, para repeler con toda la fuerza y la voluntad, el sueño iluso de la Francia para implantar su espurio imperio en tierra mexicana, si, el 5 de Septiembre de 1866, el considerado mejor ejercito del mundo, mordió “el polvo de la derrota” en el Istmo. Jamás pensaron que los republicanos juaristas: Binu Gada, Marcos y Amos Matus, Tachu Xada, Simona Robles, Toña Tati, Juvencio Robles, auxiliados por los blaseños Odilón y Adelaido Cartas, los espinaleños Andrés Ortega, Macedonio Benítez, los hermanos Fuentes, ixtaltrpecanos, chicapeños, niltrpecanos y muchos más, anónimos, estaban dispuestos a dar su vida en defensa de nuestra integridad nacional.
Por eso, el desfile tenía que recorrer hasta el último rincón de Juchitán, partiendo del actual parque Charis, hasta la 7a. Sección, cerca del panteón y la vía del Ferrocarril, la calle 16 de Septiembre luego la 5 de Mayo hasta la plaza principal para el Acto cívico-literario, luego las actividades deportivas para que por la noche, como corolario, participar de la Vela 5 de septiembre.
Todo en el marco de un genuino sentimiento de ser descendiente de aquellos hombres y mujeres que nos legaron la dignidad y el honor de haber sido parte de la defensa de nuestros principios como nación. ¡En hora buena¡