16
Tue, Apr

El pez cuatrojos del río Ostuta

El pez cuatrojos del río Ostuta
Articulos
Typography

Sobre los remansos del río Ostuta habitaba un pez al cual llaman cuatrojos. Antes, los pescadores decían que tenía más ojos, que por eso era capaz de ver lo que la gente estaba haciendo a mucha distancia, nada de eso es cierto, sólo tiene cuatro. El cuatrojos es un pez un poco largo y de carnes transparentes que nadie come; su costumbre es andar en cardúmenes, no es un pez solitario como el dormilón o el bagre.

El pez cuatrojos nada mansamente sobre la superficie, sobre el espejo que el agua forma con el sol: con dos de sus ojos mira hacia arriba vigilante de gavilanes y quebrantahuesos; los otros dos ojos los tiene siempre en guardia hacia la profundidad del agua. Dicen que antes fue alimento codiciado de las nutrias o perro de agua, que también habitó esas aguas antes de ser acosado hasta el exterminio por la modernidad y que produjo la ambición desesperada.
El río Chicapa, Los Perros o el Suchiate, no albergan en sus aguas a este mismo pez, pero el Ostuta que baja de los Chimalapas sí lo conserva todavía.
En un río se mueven muchos peces, anguilas y tortugas, pero aquí interesa decir que en el Ostuta habita este pez de cuatro ojos; no hay otro animal que cuente con los cuatro ojos y que le sirvan para cuidarse hacia arriba y hacia abajo, claro, los ojos de la iguana se mueven en redondo como si fuera una sola canica siempre dando vuelta. Pero lo más importante del pez cuatrojos es su íntima relación con el sexo.
Quien sabe en qué fecha, tal vez desde la prehispanía, se le ocurrió a alguien la bonita idea de asociar al pez cuatrojos con el sexo masculino. Y desde ese primer momento ha quedado la costumbre y en secreto entre los adolescentes, de perseguir los cardúmenes de cuatrojos hasta tener en las manos al más bonito, desde el punto de vista del perseguidor; ya que también el pez es muy escurridizo, nada sobre el agua parando la cola y ocasionalmente se sumerge pero pronto aparece adelante.
Quien atrapa un cuatrojos se siente afortunado, entre los gritos, el ánimo y la alegría de unos y otros, el joven o adolescente procura tomar bien entre las manos el animalito para que no se le escape, lo cual sería de mal agüero, lo sostiene con la mano derecha y con la otra se toma el pene en posición horizontal, se lo refriega hasta que los más grandecitos y expertos dicen basta. El rito entonces está cumplido; el miembro viril crecerá exactamente del mismo tamaño en que finalmente llegue a crecer el pez cuatrojos. Y cuando grandes nadie vuelve a reunirse para saberse las medidas, lo cierto es que el pez cuatrojos llega a medir hasta treinta centímetros.
El pez cuatrojos, mientras dura la temporada de lluvias, entre mayo y septiembre, desaparece porque el río se ahonda y se desborda, entonces lo habitan víboras y otras especies malignas, mugres y enfermedades, o se ahogan los bueyes y las vacas, gallinas y puercos. Dicen que entonces el pez cuatrojos va a dar al mar satisfecho de haber cumplido con una causa noble a la naturaleza humana.

 

Senado de la república