19
Fri, Apr

Elí Bartolo, defensor incansable de los otros

Articulos
Typography

Juchitán, Oax.- Apenas fue pronunciado su nombre y los integrantes de la extinta Comisión Política de la COCEI vomitaron su homofobia, no escucharon las cualidades que enumeraba la única mujer que integraba aquel club de machos y futuros caciques del municipio. Marcela Coronado, en la que todos coincidían como una mujer muy inteligente, había propuesto a Elí Bartolo Marcial para integrar la planilla del candidato de la COCEI, Oscar Cruz López, para ocupar el puesto de Regidor de Educación.

Era 1993, Elí apenas había iniciado sus proyectos de vida en Juchitán, luego de la muerte de su padre, había iniciado el proyecto de escuela primaria que había bautizado con el nombre de su escritora favorita “Simone de Beauvoir”, con un innovación, la que daría prestigio a sus alumnos “simoninos”: filosofía para niños.
El único que había respaldado la propuesta, recordaba Marcela, Era Saúl Vicente Vásquez, el resto sólo soltó epítetos insultantes. Se agregaba además que Elí venía de una familia de comerciantes que no eran coceístas, Francisco Bartolo había muerto ya y Cástula Marcial era la dueña de la Casa del Pueblo, una de las principales tiendas del centro.
Si en el mundo coceísta no había participación de la mujer en la dirigencia, ni en tomas de decisiones políticas trascendentales, los muxe’ eran menos que una mujer, quedaba en el mito la historia de un dirigente muxe’ que por sólo serlo su familia, ligada a la dirigencia de la COCEI, lo había obligado a proscribirse de la región.
Además los afeminados, los muxe’, eran notorios en el partido enemigo: el PRI, y motivos de burlas incluso en las canciones de protesta en la que se ridiculizaba a la “princesa Caramelo” y Cazorla. Doble era el impedimento: era “puto” y su familia de élite, rica, ligada a los caciques, terratenientes y dueños de empresas a la cual la COCEI se enfrentaba.
Esta posición de la izquierda intolerante hacia las minorías la había experimentado en su época de estudiante en la UNAM, en su búsqueda de corrientes políticas al cual solidarizarse, se había decepcionado de los comunistas al rechazar a los homosexuales, de los mismos homosexuales al rechazar a las vestidas, aunque nunca lo fue. Había quedado en su memoria la valentía con que las vestidas habían defendido los derechos de los homosexuales, al ser las más aguerridas al enfrentar a la policía y no temer a las peleas, en los tiempos de la primera marcha del Orgullo Gay. Desde ese momento, sintió admiración por esa minoría dentro de la minoría, y a comprender a los otros, a los diferentes dentro de la diferencia.
Sorprendentemente, para la misma Marcela Coronado, Elí fue aceptado dentro de la planilla al ser presentado frente a la plaza pública con su típico collar de flores, luego de marchar en primera línea con los demás futuros concejales. Esa aceptación le mereció una reprobación mas fuerte que los mismos coceístas, los militantes del PRI lo sintieron una traición y hubo un ataque a la tienda de su madre.
Rechazado en ambos bandos, Elí recibió el apoyo de su familia, no sólo no le recriminaron el haber tomado aquella decisión, si no que hicieron público su apoyo y su derecho a participar en política y en el bando que libremente escogiera, reprobaron el atentado con un texto que hicieron público y que salió incluso en la revista Proceso.
Contrario a los prejuicios que había argumentado sus detractores, que se iba a dedicar a perseguir a los hombres en vez de dirigir la regiduría, Elí Bartolo realizó con entusiasmo su trabajo, fue un buen regidor que hizo trabajar a su equipo y cumplió a cabalidad sus obligaciones con las escuelas. Esto lo intercalaba muy bien con su vida bohemia, era alegre y convivía con los demás tanto en los pasillos del Palacio Municipal como en los centros de recreo, así se ganó a muchos coceístas.
En su mandato en la regiduría de Educación se vinculó con Gunaxhii Guendanabani, creado por un grupo de mujeres que preocupados por una pandemia nueva, se organizaban para informarse y prevenirlo entre sus hijos. La participación de Elí fue fundamental, ante el rechazo de una sociedad machista e ignorante que acusaba a esas mujeres de querer sacar al público lo que se platica en la intimidad de la cama.
Mujeres ligadas a la COCEI como la esposa de Héctor Sánchez: Lílí y Yudith López Saynes y otras madres de familia, tuvieron en Elí un aliado que sería pilar fundamental durante veinte años de la organización, que pasaría de esa etapa de madres preocupadas, a una segunda etapa en la que tendrían un papel importante los muxe’.
Para Elí la pandemia, que afectaba principalmente a los homosexuales por lo que se les acusaba de producirla y propagarla, llegó a unificar a los gays tanto en los Estados Unidos en donde tuvo su origen, como en México, todos los intentos por coaligar a los homosexuales para defender sus derechos había sido fallido, la solidaridad de todos lo había logrado el VIH, ante la muerte de la pareja, el amigo, el familiar, el conocido, los homosexuales se unieron como nunca antes para enfrentar la pandemia.
En cuanto a la relación de Elí con los muxe’ en esta segunda etapa de Gunaxhii Guendanabani, partiría también de un acto discriminatorio. Recién llegado de Oaxaca y luego de estudiar en México y regresar solamente en vacaciones, Elí se relacionó con los de su clase, profesionales igual que él o hijos de familias de comerciantes igual que su familia.
Se relacionó con los homosexuales de su generación, pero pasado algún tiempo comprendería no sólo la diferencia entre los homosexuales ricos y pobres, si no las diferencias incluso territoriales en Juchitán, y como él había repetido en varios documentales: de la calle Efraín R. Gómez para “arriba”, hacia el norte, vivían los gay y para “abajo”, hacia el sur, los muxe’.
La falta de convivencia y el desprecio por los del norte hacia los muxe’ del sur, revivió la proclividad de Elí por los diferentes y los discriminados en la propia diferencia. No solamente se acercó mas a los muxe’, se propuso empoderarlos, sacarlos de la ignorancia y darles las herramientas para volverlos líderes. Además de que a lo largo de toda su vida convivió con ellos, fue su objeto de estudio, los aconsejó, los apoyó económicamente, se preocupó por rescatar la memoria de los muxe’ yoxho pero se preocupó por los muxe’ más jóvenes y su futuro en la sociedad zapoteca, los defendió en todos los campos que intervino, incluso cuando les dieron la espalda sus propios amigos muxe’.
Este empoderamiento se dio en Gunaxhii Guendanabani, y en ello tuvo como cómplice a una antropóloga italiana que llegó a realizar un trabajo de investigación, coincidiendo con el regreso de Elí. Marinella Miano Borruso llegaría a escribir un libro fundamental en los estudios de género y los muxe’ en Juchitán. Ambos concibieron el proyecto de crear líderes muxe’ para llevar a delante los trabajos de lucha contra el SIDA. Aprovecharían su encanto, tanto entre las mujeres como entre los hombres. Para ello se trajeron talleres para concientizarlos e información que debían de divulgar no sólo entre los muxe’, si no entre toda la sociedad zapoteca.
Uno de los aspectos más llamativos de ese trabajo fue el aspecto lúdico, para ello Elí pidió la ayuda de su amigo Sergio Santamaría, actor y dramaturgo, que se encargaría de dar talleres a los muxe’, de esta preparación escénica surgieron “Intrépidas contra el SIDA” y “Mujeres de Juchitán”, skecht teatrales en donde actuaban los muxe’ y causaban hilaridad entre los paisanos a la vez que hacían conciencia sobre la violencia contra la mujer y los peligros del VIH.
De este empoderamiento surgieron líderes muxe’ que actualmente son notorias activistas como Felina Santiago de Intrépidas contra el SIDA, Amaranta Gómez Regalado de Binnilanu A.C., Enrique Godínez actual codirector de Políticas Públicas para la Diversidad Sexual del Ayuntamiento Juchiteco. No hay activista muxe’ e incluso lesbiana que no haya tenido la influencia de Elí en el trabajo de los derechos humanos como en la salud sexual.
La festividad más conocida de los muxe’ la Vela de las Intrépidas no tuviera un vínculo con el activismo y la prevención si no fuera por Elí, ni la trascendencia internacional que actualmente tiene si no fuera porque él se empecinó en traer a sus amigos de México y del extranjero a conocer la fiesta que a veces coincidía con la fecha de su cumpleaños. No sólo trajo a los primeros investigadores que hicieron las primeras tesis sobre los muxe’, si no también trajo a los primeros directores, escritores que dieron fama a las intrépidas.
Incluso el documental mas importante que se haya filmado sobre la Vela y que se cita como referente de las nuevas grabaciones sobre las Intrépidas, el largometraje de Alejandra Islas “Muxes: Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro”, no sólo participó como personaje, fungió como co-productor de este filme. Fungió como personaje sobre los muxe’ y sobre la Vela en las intrépidas en otros filmes antes de la de Alejandra Islas, como “Juchitán de las locas” del cineasta chileno Patricio Enríquez.
Elí no sólo fue solidario con los muxe’, también lo fue de las mujeres, con muchas de ellas tuvo proyectos conjuntos y fue siempre un amigo incondicional. De ello dan fe la poeta Rocío Gonzalez, la investigadora española Agueda Gómez Suárez y las mujeres que se han mencionado a lo largo de este escrito.
Fue solidario con todos los grupos marginados y criticados por la sociedad ignorante y conservadora. Defendió a sus jóvenes alumnos de la UPN. Se horrorizó y trató de ayudar a las familias de los muxe’ que fueron asesinados por crímenes de odio por homofobia. Hasta sus últimos días tuvo proyectos a futuro, siempre lúcido, siempre incrédulo, analítico, propositivo, paciente hasta el último escarceo con la muerte.

 

 

 

 

Senado de la república