Según algunos autores, Guie’ xhu’ba’ quiere decir, “flor de maíz”, y que en Nahoa se le llamó iskishóchitl como “digna de adornar los jardines del Rey Don Felipe II” y que los aztecas lo nombraron isquishóchitl, que en la sinonimia se dice esquishochil que quiere decir: “flor como roseta de maíz” de ixquitl, “roseta de maíz” o “maíz tostado o reventado” y shochitl “flor”.
En Chiapas se le conoce con el nombre de “jazmín del Istmo”, en Michoacán se le nombra vulgarmente huanita, cuya etimología tarasca habla también del maíz, en Tabasco se le conoce con el nombre de muniste, que en maya quiere decir “flor delicada”.
Cuenta la tradición también que: el monarca zapoteca obsequio a Hlinalli, monarca mixteco, un hermoso ejemplar de Guie’ xhu’ba’, el árbol nativo de Juchitán, en demostración de sólida alianza y agradecimiento sincero. Sabedor Moctezuma II de que el Rey mixteco ya tenía el frondoso árbol que producía la codiciada flor, mando embajadores solicitando dicho árbol, recibiendo en respuesta una negativa del temerario y altivo Rey. Esta actitud del Rey mixteco, obligó a Moctezuma II a declararle la guerra, con gran número de fuerzas preparadas durante un año, asoló sus tierras y en esta lucha murió heroicamente el Rey de los mixtecos, combatiendo en primera fila cuando defendía su suelo.
El monarca mexicano se llevó en conquista el árbol de la flor blanca que se desgrana, Guie’ xhu’ba’, pero inútilmente, porque no pudo alimentarse en los jardines de Tenochtitlán.
Moctezuma II no logro conquistar a los zapotecas, ni por la fuerza ni por la astucia. Los ataco una vez y se hicieron fuertes en el cerro de Guiengoola (piedra grande y, por su extensión cerro grande) que se alza a la margen izquierda del rio Tehuantepec, al noroeste y poniente de la mixtequilla en línea paralela a las pilas de derivación…
Después de un largo sitio, temerosos los zapotecos de ser vencidos abandonaron el lugar sin que se dieran cuanta los mexicanos, fortificándose en otro cerro inmediato.
Las murallas que levantaron aún permanecen. Este cerro se llama nisaberengoola (aguaje del guajolote).
Los mexicanos volvieron a cercar a los zapotecos y los fatigaron con asaltos continuos, pretendiendo rendirlos por hambre. Los zapotecos llegaron a verse reducidos a la mayor escasez; pero jamás dieron muestras de querer capitular. El sitio duro tres meses sin que los mexicanos lograran el triunfo y prefirieron abandonar el campo, en virtud de que su Rey concibió una nueva idea: reducir a los zapotecos por la astucia, mediante el matrimonio de una de sus hijas con el Rey zapoteca Cosijoesa…
El árbol en cuestión conocido con los nombres de: Guie’ xhu’ba’, Ixtacxóchitl o Iskishóchitl, “jazmín del Istmo”, huanita, muniste, etc., tiene el nombre botánico de bourreria formosa de la familia de las borragaceas.
El Guie’ xhu’ba’ o “jazmín del Istmo” es un árbol de codiciada cualidades, conocido y defendido por nuestros antepasados y del cual quedan ya muy pocos en nuestra población, es un árbol de raíces subterráneas profundas, de tallo aéreo, vertical, tronco leñoso, madera blanca y corteza negruzca; sus hojas son alternas, por la estructura y forma del limbo, son simples y lanceoladas; sus flores son blancas de suave fragancia de cáliz gamosépalo, consta de cinco pétalos, tienen estambres o androceo y pistilo o gineceo, sus frutos son pequeños afectan la forma de un globito; sus semillas son partidas de color café, muy chicas, infértiles, por lo que esta planta de añejo cultivo no se produce por semilla, ni por estaca, sembrando las ramas no resulta, el secreto para su propagación consiste en sembrar trozos de raíz.
La flor de Guie’ xhu’ba’ ha sido empleada por los zapotecos desde tiempos remotos hasta nuestros días, en la elaboración del cigarro, con la que se logra un tabaco exquisitamente aromático.
El árbol de Guie’ xhu’ba’ representa para la raza zapoteca un símbolo de acendrado amor y estoicismo; tanto por su admirable leyenda como por su fragante aroma que despide en los días hermosos del verano, cuyas elegantes flores se dejan ver por la tarde y se desgranan por la madrugada.
Los habitantes zapotecas deben conservar ese tradicional árbol, por lo que él es, no solo el símbolo de una raza sino el perfume y la sombra eterna de la humanidad.
*Tomado del libro: BINIGUENDA/Pensador Zapoteca/Compilación y selección de Textos Germán López Sanmartín-Gonzalo López Sanmartín/Editado por el Fondo Editorial Identidades de la Unidad de Proyectos Estratégicos dl Instituto estatal de educación pública de Oaxaca/Colección A quien a Buen Libro se Une/Oaxac, Oaxaca, México diciembre 2009./Editorial Identidad.