Por el año de 1800 vivió en Juchitán el señor Ricardo Sánchez (conocido con el sobrenombre juchiteco de Cádu Dúúri) quien alcanzó a vivir hasta la edad de ochenta años. En los últimos días de su vida estimó mucho su independencia, desligado de su duro trabajo y llevando una vida contemplativa y temporal en el rancho Shocuapa, al lado de parientes que lo estimaban. Esta ranchería dista de Juchitán aproximadamente unos trece kilómetros hacia el oriente.
Rara, admirable y absurda es la versión que circula sobre Cádu Dúúri, pues sus contemporáneos se preguntaban por qué constándoles que estaba vivo y sano en Shocuapa, cierto cazador conocido suyo lo había visto en Masahuí pastoreando un atajo de cabras y de lanudos borregos, a distancia en que no podía estar por las circunstancias.
Pasmóse el cazador de admiración cuando vió que, como tragado por la tierra, había desaparecido con todo su rebaño al dar vuelta por un montecillo.
Un segundo cazador contó haberlo visto también en esos mismos días, arreando una partida de hermosos guajolotes, lo que, cacarearon, entraron con él a la gruta. Cuando esto se contaba, se probó que el viejecito estaba en Shocuapa muy lejos de aquellos lugares. Como las versiones corrieron con tal insistencia y él se enteró de ellas, resolvió abandonar Shocuapa y nadie se dio cuenta del rumbo que tomó. Nada más se supo de él a pesar de las porfiadas pesquisas que se hicieron para encontrarlo. No falto un tercer cazador que asegurase haberlo visto “encantado” en Masahuí después de su desaparición de Shocuapa.
*Tomado del Libro “tradiciones y Leyendas del Istmo de Tehuantepec”/Autor: Gilberto Orozco/Revista Musical Mexicana/1946