
Lo que en tu niñez viste, oíste; no lo olvidarás nunca, pasarán los años y las imágenes, los sonidos ahí quedan para siempre. El olor de la comida, de la flor al amanecer; el olor de aquel amor- aunque esto no ocurra en la infancia-. Sólo que tampoco se olvida, de ahí lo atinado de la pieza musical de Álvaro Carrillo: Sabor a mí.