
(Del imaginario colectivo) (Estas cosas del insomnio)
Como ya he comentado, el nagual más poderoso y por ende el más peligroso, es aquel que se convierte en una bola de fuego. Pero aclaro, los naguales no son malos, lo que sucede es que aprovechan su singularidad y le sacan provecho, ya que lo ponen al servicio de las personas que le quieren hacer daño a otras personas.