Me abstuve de opinar acerca de la marcha organizada en contra de las reformas al INE que propone el Presidente de la República Mexicana y su partido Morena.
De hecho, me abstuve de dar mi punto de vista sobre la misma reforma, para no alimentar a los oportunistas.
Trataré de ser breve:
El Ejército es la institución mejor valorada del país. AMLO propuso una reforma "a favor", que aprovechaba el cariño del pueblo a dicha institución. El oficialismo venció contundentemente.
El INE es la institución civil mejor valorada. AMLO se enemistó con ella por viejos agravios (2006) y propuso una reforma "en contra". La oposición (la de derecha, principalmente) tomó como bandera la defensa del INE y encontró eco entre diversos sectores, algunos de los cuales apoyan al Presidente en otros temas.
Casi sin querer se convocó a una marcha "por la democracia", "a favor del INE" para, básicamente, manifestar la reprobación a la propuesta de reforma del Instituto Nacional Electoral que, entre otras cosas, le cambia de nombre, modifica su presupuesto y aborda algunos otros aspectos polémicos.
El gran error del Presidente fue "darle importancia" a la marcha, publicitarla. Utilizó su exposición mediática para descalificar a los convocantes (muy cuestionables, en honor a la verdad) y al INE. Recordemos que ésta es la institución civil mejor calificada.
Resultó contraproducente, ya que el Presidente los legítimó, les regaló una causa que habían abanderado millones de mexicanos a lo largo de varias generaciones. Porque si bien el INE de hoy no es perfecto, es muchísimo mejor que el sistema electoral de 1988 (cuando la 'caída del sistema'), 2000 o de 2006, y cada reforma ha sido resultado de muchas luchas 'civiles', de gente que estaba en la oposición, nunca en el gobierno.
Resulta extraño que el partido en el poder descalifique al sistema electoral que le reconoció el triunfo por más del cincuenta por ciento de los votos. Me parece un error de cálculo que el Presidente de la República se empeñe en enemistarse con una institución que costó sudor y sangre a ciudadanos ejemplares. Creo que por eso pasó lo que pasó. Es decir, por eso marcharon más de cincuenta mil personas el domingo pasado.
Seguir por el camino de la descalificación solo alimentará a la derecha que tanto critica. Hay otros temas que deben ser abordados, otras reformas urgentes también. Ojalá el titular del Ejecutivo Federal encause sus energías hacia una mejor dirección o podría llevarse una desagradable sorpresa.