En algunas ciudades del mundo los ciudadanos por iniciativa propia dieron comienzo con campañas anti ruido, que venía afectando la salud de la comunidad.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) los decibeles permitidos para el oído humano sin que llegue alterar su salud es de 55 decibeles.
El nivel sonoro que podemos soportar depende de varios factores. Entre ellos el tipo de ruido, la distancia de la fuente sonora y el tiempo de exposición.
La Organización Mundial de la Salud señala que el oído humano pude tolerar 55 decibeles sin ningún daño a su salud. Y dependiendo del tiempo de exposición, ruidos mayores a los 60 decibeles pueden provocarnos malestares físicos.
El Dolor de cabeza es uno de ellos, además de taquicardias, agitación en la respiración y parpadeos acelerados. También los músculos se pueden poner tensos.
Si una persona se expone durante mucho tiempo a más de 85 decibeles puede incluso correr riesgos cardiovasculares. También es posible que se registren incrementos de los niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa en la sangre.
Este último dato debe ser tomado con bastante atención, puesto que el ruido promedio en el centro de la ciudad de Juchitán hasta este momento es muy alto y no ha sido considerado para su atención por ni una autoridad, aunque reconocen que en esta ciudad conviven las personas con más de dos mil mototaxis, dos centenares de taxis, cien vehículos de alquiler, auto parlantes fijos y móviles, voceadores, vehículos naranjeros, de fierro viejo, vendedores de gas, tiendas con audios afuera de sus locales, sumando los más de diez mil coches particulares y un centenar de fiestas celebradas en la vía pública, la contaminación auditiva es un verdadero caldo de cultivo que puede desencadenar un problema de salud pública.
Entre comentarios caseros existen reportes de incremento en los padecimientos de diabetes y triglicéridos, padecimientos que en las últimas fechas resultan recurrentes en un número muy elevado de personas, pero las autoridades de salud no han informado si el alto decibel en la que vive la ciudadanía es motivo de estos incrementos que dañan la salud de los juchitecos o es uno de los factores que intervienen para desencadenar estos padecimientos y otros.
Situación que se agrava porque no existen estadísticas que permitan conocer los indicadores de incremento del ruido y los posibles daños colaterales que arrastran debido a su incremento en la ciudad y mucho menos una cifra real del volumen de unidades de motor que diariamente circulan en la ciudad, así como el nivel del ruido que provocan.
El ruido irónicamente es un enemigo silencioso que desencadena padecimientos graves y hasta este momento se encuentra en el sueño de los justos, fuera de las promesas de campaña, un enemigo que no es tangible, pero que provoca irritabilidad, molestia, constantes cambios en el estado de ánimo que muchas veces desemboca en agresividad recurrente.
Hasta este momento la Regiduría de Ecología y Salud del gobierno municipal no han dado a conocer una iniciativa mínima para combatir este problema, se desconoce si esto obedece a su ignorancia o al nulo interés de un problema invisible y que no tiene líder con quien negociar, pero si culpable a quien controlar, no preocupa porque no provoca bloqueos o tomas de oficina y no es tan fácil cuantificar su daño.
¿Usted considera que Juchitán es una ciudad ruidosa?
O es tan común el ruido que no le otorgamos un minuto de atención, pero ha llegado el momento de reflexión, analice, piense y decida:
Juchitán es una ciudad ruidosa?.
