¿Qué significa la victoria final? Andrés Manuel López Obrador, Presidente Electo, la define como la culminación una larguísima etapa de la vida nacional dominada por la pobreza, la corrupción y la violencia.
Significa también, según sus propias palabras, lograr la reconciliación nacional y que se recobre la gloria y la grandeza de México.
Desde luego, debemos estas conscientes que estas tareas no se consolidarán en seis años, se advierte entonces que será un proceso de largo alcance, en otros términos, es un proyecto transexenal.
Toca al nuevo gobierno el nada fácil ejercicio de establecer las bases para la verdadera transformación de la vida pública de una nación pluriétnica, pluricultural, diversa y agraviada por una brecha social aparentemente insondable entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco.
El presidente electo está decidido, de su integridad no hay la mínima duda, falta conocer la estatura moral y ética de sus colaboradores cercanos, en quienes recaerá la dura presión de un gobierno democrático. Veremos cuantos resisten la tentación del poder.
También es innegable la visión clara y precisa del próximo presidente, entre líneas, no muy oculto, ha dibujado en el discurso del domingo en Azcapotzalco, la misión de MORENA en lo inmediato y en el devenir de la República: trabajar de tiempo completo, entregado en cuerpo y alma a la tarea de respaldar al gobierno para mantenerse en el poder público por mucho tiempo, no solo seis años.
Por eso propone, por ejemplo, la institución de la escuela de formación política, supuesto que allí se preparará a la nueva generación de cuadros dirigentes para la transformación nacional.
Sin embargo, la formación de la nueva generación de mujeres y hombres que escribirán la nueva historia patria pasa por transformar el sistema educativo y cultural, el más prioritario de las reformas debe estar enfocado a la persona, al individuo, al ser humano.
Tal vez muchos no alcancemos a ver la victoria final, pero hoy tenemos la oportunidad de sembrar la semilla, en el campo, en las escuelas, en los hospitales, en las fábricas, en donde nos toque estar, allí, sembremos la semilla de la esperanza de un mejor porvenir.
Que quede claro, no fue un discurso más, fue el trazo de la nueva geometría nacional.