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Ellos ya no estaban cuando la decadencia integral de su pueblo se reflejaba por todos lados y en todos los aspectos, pero lo vieron en sus sueños y en cada despertar, se lo contaron a sus hijos, y éstos a los suyos, y cuando el futuro se transformó en el presente, la mayoría de los que llegaron después, no supieron interpretar los sueños, ni aun viendo ahora a este pueblo agonizando por el cáncer provocado por el desorden y la anarquía impuesta por unos cuantos, que cegados por el maldito polvo de la ambición desmedida por el poder y el dinero, confunden progreso con retroceso; aun sabiendo que el destino ya alcanzó a Juchitán y que su futuro está envuelto en una espiral incierta.

Una asociación prodigiosa entre dos actividades que necesariamente exigen correr por caminos paralelos, convergentes en algún momento, habla de una comunidad que como la mexicana ha hecho un mundo cultural atractivo en el exterior. La política es un quehacer que revela la situación práctica de un país como fenómeno social, su ejercicio devela acciones que recurrentemente se actualizan. La política recurre a sus élites, a sus notables, para afianzar sus deseos de prosperidad y democracia en ascenso.

La presidencia en México, obedece a patrones de estilo republicano que le da consistencia y congruencia a la imagen pública de un poder eminentemente relevante en la historia de la sucesión de los gobernantes. Lo anterior es bastante elocuente, si revisamos sin desgano lo que han marcado los líderes de las diversas organizaciones políticas de este país, en donde se han detallado qué tipo de gobernantes quieren tener sexenio tras sexenio, y el perfil encubierto desde donde se afinan las propuestas de cambio e innovación política.

El tiempo cura las heridas, y los subsidios acordados con el nuevo gobernador curan la autoestima de la dirigencia de la Sección 22. El nuevo panorama no es tan nuevo y no es tan panorámico. No es tan nuevo, porque el movimiento sindical de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en Oaxaca siempre ha sido amable cuando la presión social lleva a negociar los intereses en juego, casi siempre legales y no necesariamente legítimos. No es tan panorámico si medimos los subterfugios por donde las contradicciones políticas se establecen como una cadena de compensaciones, entre los pasadizos secretos y los intersticios electorales.

De acuerdo al concepto, se entiende como legalidad todo lo que se realiza dentro del marco de la Ley escrita y, que tenga como consecuencia el respeto por las pautas de la vida, y coexistencia de una sociedad, dependiendo de lo que cada una de ellas entienda por tal concepto.

Hagamos de cuenta que una fuerza poderosa concedió el milagro de la resucitación de tres grandes intelectuales mexicanos, que en vida conocieron y aplaudieron el nacimiento de la COCEI, allá a finales de la década de los setentas.

 

Senado de la república