
De entrada, hay que decir, no sin una buena carga de frustración e impotencia, pues desde la cúpula de decisiones, no escucha, menos que de tome en cuenta una opinión que disienta de la suya, que es una lástima saber lo que se hace con los materiales, fierro y acero, sobre todo, que ya se usaron en el aeropuerto de Texcoco, cancelado por este gobierno.