
Natural es que hay películas que no se olvidan como, La casa de los espíritus, novela llevada a la pantalla de la escritora Isabel Allende; donde esa magnifica, bella, tierna actriz norteamericana Meryl Streen es el personaje protagónico, esposa de un rico hacendado déspota que hace a un lado su propia hermana, por sospechar amoríos entre las dos, y por celos con crueldad la margina de toda comodidad en su residencia. Y un día su hermana fallece, y Meryl Streen al tener noticia de su fallecimiento, llora impotente de no haber podido hacer algo por su querida cuñada que murió sola en un cuarto sórdido. Así, una noche la cortina de su sala mecidas por el viento, por el espíritu; ella llorando sentada en el comedor de su casa; su esposo quiso abrazarla; ella con un gesto de repudio lo aparta de sí. ¡Qué bella! Imagen captada en esa película.