Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- después del espectáculo circense que montó el mandatario oaxaqueño donde rompió con protocolos y dio a conocer los “avances” de su gestión en estos 100 primeros días de su gobierno, Oaxaca se encuentra sumido en el abandono.
Nada extraordinario dio a conocer el mandatario, salvo maquilladas cifras que ocultan la realidad de los oaxaqueños.
Las marchas, platones y manifestaciones no han disminuido, por el contrario han aumentado, la cifras de feminicidios incrementa vertiginosamente, hasta ahora 22 registra la estadística, la inseguridad se encuentra a merced de la delincuencia sin que exista un verdadero plan que garantice la seguridad de los oaxaqueños en las ocho regiones.
Por su parte el Sistema de Salud de Oaxaca se encuentra colapsado, el desabasto de medicamentos e insumos es una constante que lacera a la comunidad, sumando el abandono de la infraestructura que alberga esta área vital para la población, hasta el momento el gobierno de Murat Hinojosa no atiende este rubro tan necesario para las clases más vulnerables, que es su única alternativa de acceso a la salud, los trabajadores de área sumidos en la corrupción más espantosa, donde el mismo gobernante coadyuvo para la continuidad de su dirigente Mario Félix Pacheco, quien es acusado de corrupción y principal promotor de la quiebra de este sector, cuando en alianza descarada y cínica con German Tenorio Vasconcelos contribuyeron al colapso del Sistema de Salud de los oaxaqueños, a pesar de los supuestos 400 millones de pesos que le fue inyectado, el boquete es muy grande sin que hasta el momento no exista ni un culpable jurídicamente.
Mientras que en educación al mandatario oaxaqueño en aras de la “paz social” pacta con la Sección XXII, la entrega de plazas, el borrón y cuenta nueva, emulando el viejo trato de Heladio Ramírez con esta gremial que tiene de rodillas al estado.
La corrupción es el lenguaje común de la sociedad para señalar a un número mayor de sus funcionarios, que arrastran este estigma vergonzoso.
No hay cambios tal y como fueron las promesas de campaña, la sociedad oaxaqueña se encuentra desencantada y con el sabor de la impotencia aun de lo que dejo Gabino Cué a su paso por esta administración estatal.
La agresión a periodistas es una eminente realidad donde el mandatario estatal no escapa, recordemos el despido de un reportero por preguntar a la presidenta del DIF estatal, preguntas fuera de su cuestionario previamente elaborada para ella, la agresión que han sufrido en el istmo y la cuenca los comunicadores que no aplauden las acciones gubernamentales, sus agresores gozan de impunidad.
Alejandro Murat caga sobre sus hombros la pasividad y el desatino de sus funcionarios de primer nivel que solo les preocupa ocupar espacios publicitarios en la prensa, con intenciones meramente electorales.
En el rubro de la generación de empleos hasta ahora no existe, los atractivos para atraer a la inversión no se ven por ni una parte, porque la sociedad aun no sale del marasmo de las marchas, cierres carreteros, plantones y protestas, que se viven en la actualidad.
Los 100 días, no debieran ser de campanas al aire, sino reflexión y análisis de lo que realmente se ha hecho en Oaxaca a favor de la comunidad, qu bien pudiera aprovechar el dispendio del gasto publicitario por acciones que no corresponde a su realidad.
